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Culto
What Up

WHAT UPEl estilo urbano que emergió desde la calle

La tienda What Up, ubicada en pleno centro de Santiago, ha logrado diferenciarse no solo por sus originales diseños, sino también por la visión a futuro que tuvieron sus dueños, quienes vieron un nicho que no había sido explotado y apostaron por ocuparlo.
Por Belén Peña L.

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Las tardes en calle Bandera, en el centro de Santiago, se hicieron cada vez más frecuentes para Rodrigo Campos (34), cuando era adolescente. Por muchos años, solo ahí podía encontrar prendas que se asemejaran al estilo que buscaba, influenciado en la cultura urbana y en el hip hop.

No había otro lugar.

Para Jorge Molina (34), su socio y amigo, con quien estudió en el mismo curso durante la enseñanza media en el extinto Liceo Francés de Santiago, el escenario era parecido. “Lo que te ofrecía el retail en esa época, hace 10 años, era cien por ciento estilo skater”, recuerda Molina. “Las tiendas que traían marcas de afuera eran muy caras. Me daba lata pagar por una polera que podía hacer yo”.

Lo que en 2011 comenzó como una idea en un carrete con amigos—a modo de respuesta ante una necesidad que surgió desde sus propias experiencias—se convirtió en la marca de ropa urbana “What Up”, cuya tienda ubicada en la Galería Casa Colorada, en Santiago Centro, ofrece todo para lograr un look streetwear.

Pese a que hoy ambos se dedican por completo a su emprendimiento, sus vidas eran totalmente distintas. Mientras Campos trabajaba de lunes a viernes como contador auditor, labor que cumplió durante cinco años, Molina se desempeñaba como diseñador gráfico en una agencia de publicidad. En paralelo se dedicaban a “What Up”.

“Primero solo hacíamos poleras. El Jorge las diseñaba y los sábados nos juntábamos en Patronato, a las diez de la mañana, a comprarlas”, dice Campos. “Después se las llevábamos a una niña para que las estampara y a las tres, hacíamos las entregas en el metro”.

Un episodio que recuerdan como caótico, ocurrido días antes de Navidad en 2012, fue el que los llevó a dar el gran salto de arrendar un local. En ese entonces casi siempre convocaban a sus clientes en un estacionamiento que quedaba frente al metro Santa Isabel.

“Ese día llegamos en auto, abrimos las puertas y empezó a llegar mucha gente, como 50 personas”, afirma Molina. “Les tuvimos que pedir que se ordenaran y la fila que hicieron era de toda una cuadra. La gente que transitaba nos preguntaba si estábamos regalando algo. Fue anecdótico pero también estresante”.

Al año siguiente, ambos renunciaron a sus trabajos para dedicarse solamente a What Up y abrieron su propia tienda.

What up

 

El gran paso

Llegó un momento en que la ropa de Patronato ya no se ajustaba a las prendas que querían confeccionar y decidieron pedir ayuda. “Mi mamá es costurera, fue a unos talleres y siempre ha trabajado en eso”, cuenta Campos. “Hicimos unos moldes, armamos las tallas y le pedí que hiciera unos polerones”

De esta forma comenzaron a entregar un valor agregado en sus productos, el que se suma a la exclusividad de sus prendas—solo confeccionan 100 de cada una—y a su trabajo en conjunto con otros ilustradores de la escena urbana.

Así es como nació el taller, ubicado en la comuna de Maipú, que hoy trabaja confeccionando la mayoría de las prendas que venden, integrado por la madre de Campos y otros vecinos del barrio.

Para ambos, la principal razón por la que pudieron dedicarse a su sueño, fue el apoyo de sus familias y el atreverse a no seguir un camino tradicional.

“A pesar de que no estamos trabajando en una oficina, ambos hacemos lo que estudiamos, pero para nosotros: con otros parámetros y sin camisa ni corbata”, reflexiona Molina. “Hay que ser honesto con uno, atreverse y dar el gran paso”.

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Fotografías: Pablo Sanhueza