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Culto
José Luis Echeverría

PARTIR A LOS 30 Y TANTOS:De dueño de un bar a ciclista semi pro

Tras enterarse de que se convertiría en padre, José Luis Echeverría comenzó a andar en bicicleta en sus tiempos libres. De ser un contador dueño de un bar y una discoteque, pasó a ser un corredor semi profesional. Hoy, pertenece al Team Festina y ha participado en importantes competencias de mountain bike.
Por Belén Peña L.

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Durante seis meses, José Luis Echeverría (34) se estuvo preparando para la versión 2016 del Rally Puchuncaví, uno de los circuitos nacionales de mountain bike más importantes del país. Pese a la estricta rutina de ejercicios que llevó a cabo y a su nivel de compromiso, lo cierto es que luego de tres minutos, la manillar de su bicicleta se enganchó con la de otro corredor, y sufrió una fuerte caída que lo dejó adolorido en el piso y al otro ciclista inhabilitado de continuar en la competencia.

Luego de estar 15 minutos detenido, optó por seguir en carrera y, de un total de cerca de 500 personas, llegó en quinto lugar en su categoría de máster, que contempla competidores entre 30 y 40 años. “Agarré mi casco y lo di todo. Me entregaron una medalla por haber terminado”.

Ese reconocimiento, dice, es el que recuerda con más cariño.

Hace cuatro años, Echeverría hizo un cambio drástico en su vida: abandonó la vida nocturna que llevaba debido a su segundo trabajo como dueño de un bar y una discoteque. Decidió continuar hasta el día de hoy, con su principal ocupación que es desempeñarse como contador auditor, profesión que estudió en la Universidad de Santiago. En sus tiempos libres empezó a andar en bicicleta, lo que lo llevó en 2015 a integrar el Team Festina como ciclista amateur y a participar en las más importantes competencias nacionales de mountain bike.

“Todo partió cuando supe que iba a ser papá. Un poco antes había dejado de fumar y cambié mis hábitos alimenticios”, señala Echeverría. “Tenía una bicicleta botada en el patio y comencé a usarla. Después me interesé por las carreras amateur y encontré a alguien que me entrenara”.

Fue así como empezó a hacer ejercicios todos los días y a cuidar su dieta con ayuda de un nutriólogo. Luego, tras conocer al fundador del Team Festina, club al que representa cada vez que participa en diferentes carreras, supo que había encontrado su verdadera pasión.

“Me levanto a las seis de la mañana para entrenar durante dos horas y medias, después me ducho, tomo desayuno y me voy al trabajo. Entro a las nueve y salgo a las seis”, afirma. “Al llegar a mi casa, nuevamente me preparo físicamente haciendo pesas, barras y bicicleta”.

Para Echeverría, el tiempo con su familia es fundamental, por lo que habilitó una especie de gimnasio en su propia casa para estar junto a su esposa y su pequeña de cuatro años. “Cuando hago ejercicios, mi hija hace como que entrena conmigo y mi señora hace yoga. Las integro”.

José Luis Echeverría

 

“Convertir tu hobbie en tu forma de vivir”

Lo común, para quienes se dedican al ciclismo, es iniciarse en esta disciplina desde que son niños. Pero hay excepciones, como el caso de Echeverría, quien ha logrado recorrer lugares como Torres del Paine y Calama en distintas competencias.

“Es difícil porque hay gente con la que compito que lleva años en esto o partieron de pequeños”, sostiene. “Tienen años de ventaja pero no queda más que ponerse al día y rodearte de gente que sabe”.

Otro factor que no pasa por alto, es el que se relaciona a la cantidad de tiempo que dedica a este deporte y la retribución que obtiene. “Uno siempre termina sacando más de su bolsillo. Uno gasta harto dinero para ir a una carrera solo por pasión. Hay premios, pero son montos entre $100 mil y $200 mil. También tratamos de conseguir auspiciadores”.

Echeverría ahora tiene como objetivo hacer que esta actividad se convierta en su labor a tiempo completo, a través de la enseñanza, para así dejar de trabajar como contador auditor. “Mi idea es seguir creciendo con el equipo. Lo que se hace mucho es crear escuelas deportivas para que la gente aprenda y así convertir tu hobbie en tu forma de vivir”.

De haber tenido mayor conocimiento al salir del colegio, Echeverría asegura que no habría estudiado contabilidad. “Esa carrera no me llena. Tendría que haberme dedicado a otra cosa y eso es lo que estoy haciendo. Soy la primera generación universitaria en mi familia. Mi mundo se amplió y el de mi hija también. Si en el futuro ella quiere ser artista o deportista, tendrá todo mi apoyo”.

Fotografías: Pablo Sanhueza