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Culto
Maca Guajardo

IMPORTAR LA CULTURA DE LA BASURA:UNA IDEA DE MACARENA GUAJARDO


Por Mónica Garrido V.

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Contenedores para separar basura, pagar por las bolsas plásticas y sistemas para regresar botellas plásticas y de vidrio, eran algunas de las formas de reciclaje que ya estaban internalizadas en Europa. Fue entonces cuando Macarena descubrió que un 60% de los materiales destinados a la basura pueden ser reutilizados para construir.

Su primera idea consistió en crear un sitio web para publicar proyectos de arquitectura, arte y diseño creados a partir de basura.

Cuando volvió a Chile, se propuso realizar intervenciones urbanas y posteriormente comenzó a implementar el concepto de “Basura Cero” mediante charlas, cursos y capacitaciones en la cultura del reciclaje. Así, creó Fundación Basura.

-Tras tu viaje a Alemania, ¿cómo se gestó el proyecto y cuáles fueron los primeros pasos?

-Lo que me inspiró no fue realmente el "reciclaje" de allá, sino la actitud de las personas. El respeto al entorno es parte de la cultura, no sólo se recicla sino que la gente sabe que las botellas se devuelven en el supermercado, que se lleva la bolsa propia y que no se bota basura al suelo.

“Estando allá además tuve la posibilidad de viajar a Haití como voluntaria en un proyecto universitario y la experiencia también causó su propio impacto. Allá la palabra reciclaje no tiene para cuándo existir, pues la basura es algo con lo que las personas viven acostumbradas y hay otras prioridades. Entonces pensaba ‘¿por qué la gente bota basura?’ si son recursos. Y ahí, siendo estudiante de arquitectura, decidí armar un blog para publicar proyectos que usaban basura para ser construidos/fabricados, como una manera de mostrar a otros que dependía de cada uno si era ‘basura’ o no. Básicamente me compré un dominio y empecé a escribir”.

-¿Cuáles fueron los principales apoyos para crear las intervenciones urbanas junto a Arquitectura basura?

-Al principio conté con muchos amigos dentro y fuera de la universidad que se motivaron para crear las intervenciones. Hubo sí muchas dificultades, sobre todo la falta de recursos monetarios, humanos y espaciales. Para hacer una intervención necesitas más de las últimas dos cosas y no había tanto, así que hicimos cosas más bien pequeñas y modestas. Todo salió bien.

-¿Cuáles fueron las mayores obstáculos para llevar adelante el concepto Basura Cero con diversas empresas? ¿Con cuantas han trabajado?

-Implementamos Basura Cero en personas, comunidades, organizaciones, barrios. Hemos trabajado con diversas comunidades no sólo realizando asesorías, sino también, cursos, charlas, capacitaciones y otros proyectos entorno al concepto. Además logramos hacer un curso online que ya tiene más de 12 mil estudiantes. Ha sido un camino intenso y diría que el mayor obstáculo, al principio, fue posicionar a la fundación - porque era nueva - y al concepto claro. Al principio no muchos tenían fe en que era algo aplicable. Hoy, incluso la Maratón de Santiago está orgullosa de decir que se adhieren al Desafío Basura Cero, entre muchos otros eventos, organizaciones. De a poco se puede, sólo hay que ser perseverante.

-¿Qué desafíos les queda enfrentar como fundación?

-Estamos en una linda etapa como organización, consolidándonos como equipo. Hemos crecido mucho y estamos trabajando para transformar el mundo pero también a nivel interno, mejorando nuestra comunicación, fortaleciéndonos como familia, porque eso sentimos que somos. No sólo somos personas que trabajamos aquí sino que tenemos una comunidad de apoyo, un círculo de amigos, gente con quien contar, que está en la misma que tú y cada día somos más. Nos queda mucho camino, claro. Queremos que todo Chile se transforme. Latinoamérica. El mundo.

-¿Consideras que hacen faltas más políticas públicas para masificar el reciclaje?

-Considero que hacen falta políticas públicas para prevenir la generación de residuos. La ley REP toca un poco la prevención, pero muy poco. Falta mucho que hacer respecto de tantos otros productos desechables de un sólo uso, como las bombillas, que son muy poco visibiliizadas. Nos falta cambiar la manera de pensar, de entender. Dejar de ver a la naturaleza como un bien de consumo, dejar de pasar a llevarla por un fin lucrativo. Actuar con empatía. Falta mucho pero para allá vamos.