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Culto
Juan Pablo Roncone

JUAN PABLO RONCONE:UN ABOGADO QUE ESCRIBE

Antes de cumplir treinta años, Roncone publicó un libro de cuentos que puede ser leído como un objeto de culto, un libro tan único que llevó a su autor a ser considerado uno de los 40 mejores escritores jóvenes del continente.
Por Felipe Ojeda.

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Que nació en Arica, que tiene 36 años, que sufre de migrañas y trabaja de traje como abogado, carrera que estudió en la Universidad de Chile, donde escribió una tesis que concluye que “las personas no se sienten totalmente representadas por la clase política, pero sería inadecuado decir que las personas no quieren participar en política”. Todas esas cosas se saben de Juan Pablo Roncone, que el año pasado fue escogido como uno de los mejores escritores menores de 40 años en América Latina.

Lo que pocos saben es que desde el año pasado Roncone es parte de la prestigiosa lista Bogotá 39, que fue la edad en que Gabriel García Márquez terminó de escribir Cien años de soledad y que hoy opera como corte para la selección de talentos literarios promovida por el Hay Festival colombiano.

El reconocimiento llegó gracias a que el abogado que trabaja en el centro de Santiago escribe historias.

No es el único premio que ha recibido por sus escritos. En 2007, su novela inédita Los días finales lo hicieron merecedor del Premio a la Creación Literaria Joven Roberto Bolaño.

Fue en medio de su trabajo en litigios penales que Roncone comenzó a publicar cuentos. Cuando se desempeñó como Procurador de la Procuradoría Criminal en el Consejo de Defensa del Estado, reunió algunos fue que decidió publicarlos por primera vez bajo el título Hermano ciervo en 2011, un libro único, que ha sido editado en otros países, idiomas e incluso en más de una editorial en Chile.

Publicaciones en distintas editoriales

Según Alberto Fuguet, “debería ser lectura obligatoria en las escuelas de cine”.

“Como en el mejor cine, aquí lo que importa no es tanto la anécdota sino jugársela por su personajes”, añadió el escritor y cineasta.

“Es el mejor libro de cuentos en lo que va de la década”, opina el escritor Matías Correa.

“Nos voló la cabeza”, contó Julia Ariza, la editora argentina que publicó a Roncone en Fiordo: “Nos gustó mucho su escritura llana, la madurez de su estilo, y al mismo tiempo, el carácter generacional de su imaginario”.

Hermano ciervo, ese libro que marcó un hito en la escena literaria local, narra pequeñas historias, la mayoría lacónicas, todas sin adjetivos, de frases cortas y costuras gruesas que entretejen paisajes desolados y personajes solitarios.

Están allí los suburbios carverianos, las relaciones frustradas, el suicidio y el accidente, reconoció la crítica.

Roncone, que apenas concede entrevistas, dijo a un medio argentino que "escribir implica abandonar una posición cómoda y tomar decisiones”.

Según el hombre de Hermano ciervo, “la construcción del narrador, la elección de los momentos determinantes, el ritmo, los colores, los personajes, la distribución correcta del tiempo narrativo, en fin, todos los elementos constitutivos de un cuento operan como una red, un entramado complejo que debe resultar habitable y fluido, pues la buena literatura siempre es legible".

Dueño de un estilo fragmentario y cinematográfico, Roncone demuestra, como sugiere Fuguet, “que tiene un mundo y que ese mundo es tan intrínsecamente suyo que es capaz de conectar con el de muchos”.