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Culto
DON PALLETS

DON PALLETSUn negocio que se cruzó en el camino

Luego de que se le aparecieran varias señales relacionadas con pallets en su vida cotidiana, Sebastián Godoy decidió arriesgarse y apostar por emprender en ese rubro. Su decisión no solo le permitió descubrir su faceta creativa, sino que además encontró su verdadera pasión.
Por Belén Peña L.

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Cansado de su trabajo como analista de gestión de inventarios, en una clínica ubicada en la comuna de Vitacura, Sebastián Godoy (33) comenzó a tener la inquietud de realizar otras actividades que le permitieran desarrollarse creativamente.

Pese a que en un comienzo esto era solo una noción, con el tiempo, el destino fue situando en su camino lo que posteriormente se transformaría en su pasión y en su trabajo a tiempo completo: “Don Pallets”.

Su rutina laboral consistía principalmente en contar insumos, los que llegaban dentro de cajas de pallets, para luego ingresarlos al sistema. Además tenía que cumplir con largas jornadas que, en ocasiones, se extendían hasta el fin de semana.

Fue en ese momento, en 2012, cuando un amigo que venía llegando de un viaje por Europa, le preguntó si podía conseguirle seis cajas de pallets.

“Le dije que sí, que en la clínica teníamos muchas, y se los pasé”, recuerda Godoy. “Al tiempo, me invitó a su departamento y le pregunté qué hizo con los pallets. Me dijo: ‘Mira bien, están aquí’. No veía nada, hasta que levanto el cojín en el que estaba sentado y ahí estaban. Había hecho un sillón que vio en una mueblería en Europa. No lo podía creer”.

Con aquella imagen, Godoy tuvo al instante el impulso de crear un emprendimiento y vender muebles hechos con pallets. Sin embargo, se sintió inseguro al no dominar el trabajo con herramientas y por no contar con un taller.

Siempre ligado a los números, con estudios incompletos de ingeniería comercial en la Universidad Alberto Hurtado y de administración financiera en el Duoc, Godoy dejó su trabajo para comprarse una bicicleta. “Mi único propósito fue pedalear. Hacía mucho tiempo que no andaba en bicicleta y me empecé a poner creativo”, asegura.

Luego de dos meses, lo llamaron para trabajar en una exportadora de frutas, nuevamente como analista de inventario, y las “señales” –como él les llama- solo aumentaron. “Mi labor era literalmente contar pallets. En mi escritorio había un calendario gigante de una fábrica de pallets y el taco de apuntes era un mini pallet”.

Don Pallets

 

Creando el negocio

El tener que ir a hacer un inventario a las instalaciones y ver un cerro de pallets, sumado al descubrimiento de que sus dos bisabuelos eran carpinteros, le entregaron a Godoy la seguridad que necesitaba para arriesgarse y apostar por su emprendimiento.

“Ahí dije ‘aquí hay una necesidad y hay que reciclar esto’. El pallet me viene persiguiendo hace ocho meses. Hay que hacer algo”, cuenta.

El apoyo de su familia y de sus amigos fue fundamental durante los primeros meses, mientras llegaban los primeros clientes y creaba jardineras, composteras, mesas de centro, sillones, repisas, entre otros muebles.

A través de su sitio web, “Don Pallets” se define como un grupo de jóvenes “creativos innatos y millennials”. Y se habla de un grupo porque Godoy no anda solo: armó un equipo sumando a un diseñador industrial, un carpintero y un ayudante. En su declaración de principios dicen buscar diferenciarse de otras iniciativas, enfatizando en la sustentabilidad.

El negocio ha ido en alza y ya han sido requeridos para eventos más grandes como Lollapalooza o WOMAD. Las señales que tuvo Godoy en algún momento llegaron para quedarse, transformándose en el tipo de trabajo a tiempo completo que tanto buscó.

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