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Culto
CAMILA CORTÍNEZ

CAMILA CORTÍNEZMe Autodiseñé el trabajo soñado

Luego de terminar de estudiar diseño industrial, decidió que se dedicaría a su verdadera pasión y creó la ONG “Te Protejo”, que se encarga de certificar marcas cruelty free y de educar al consumidor.

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De lunes a viernes, Camila Cortínez (31) trabajaba en la ONG La Ruta Solar y los fines de semana los destinaba a su verdadera pasión: investigar sobre el testeo en animales en productos cosméticos para “Te Protejo”, organización que fundó en 2012 y de la que es su directora general.

Tras tres años alternando entre su trabajo y la ONG, decide renunciar para dedicarse a tiempo completo a su proyecto, enfocado en educar al consumidor, certificar a las marcas y organizar eventos que impulsen la protección de los animales y el medioambiente. Así fue cómo en 2017 llegó a ganar el Lush Prize, el premio antitesteo en animales más importante a nivel mundial y que incentiva a profesionales que trabajen utilizando métodos alternativos. Cortínez ganó la categoría Conciencia Pública.

Desde siempre sintió que tenía habilidades para las matemáticas y las artes, por lo que decidió estudiar diseño industrial en la Universidad de Chile y así combinar ambos elementos. Sin embargo, en tercer año se dio cuenta que su vocación era otra.

Fue así como la universidad se transformó en su última prioridad y comenzó a participar en voluntariados de fundaciones medioambientales. “Estando allí, me cambió toda la visión que tenía de la vida, tuve varios cambios, dejé de comer carne, de vestirme con cuero y empecé a reciclar”, dice.

Vivir con “Imposible”, su gato que la acompaña desde 2005, tuvo un importante rol en su proceso por descubrir cuál era su verdadera pasión. A través de él se sensibilizó con el testeo en animales de la industria del maquillaje.

“Me gusta mucho el empoderamiento que tiene el mundo de la cosmética en las mujeres”, aclara Cortínez. “En mi cabeza, el maquillaje no es algo superficial, es solo poder. Cuando me enteré del tema del testeo, decidí que no quería dejar de maquillarme y comencé a investigar”.

Pese a que nunca dudó que lograría su objetivo, lo cierto es que tuvo que enfrentar comentarios negativos de sus cercanos, quienes no entendían su proyecto, mientras sentía la presión por terminar de estudiar su carrera.

“Tuve la idea de promover cosmética no testeada en animales, hace diez años atrás, en ese tiempo no se hablaba de eso. Muchos amigos jamás imaginaron que tendría una oficina, que iba a estar haciendo eventos y trabajando con dos personas más”, asegura.

Para lograr sobrellevar las críticas, Camila se refugió en el amor que sentía por su iniciativa y no permitió que estas le impidieran cumplir sus metas. “Lo importante es que uno esté enamorado del proyecto. Logré lo que siempre quise: unir el maquillaje con los animales. Me autodiseñé el trabajo soñado”.

Camila Cortínez